Siempre ahí, esperando a que caiga para poder levantarme. Y así una y otra vez, me caigo y me levantan. No llego a estar en el piso que ya estoy parada, con ustedes dos atrás mío.
Siempre para mi, sea en Mar del Plata o en Trelew, a 3 kilómetros o a 1100. Siempre ahí, siempre conmigo.
Y este es el momento en que me doy cuenta y valoro. Me doy cuenta que no todos tienen dos Papás de O R O, de esos que siempre están: sea en una tribuna o en el banco. Siempre están para mi y por eso, por eso agradezco.
Hoy agradezco tenerlos conmigo, porque son mi motor. Porque me ayudan a seguir caminando y a seguir en el camino correcto. Porque hacen todo porque sea feliz y lo logran.
Por todo esto y mucho le digo GRACIAS a la vida por darme estos papás. Infinitamente los amo