viernes, 27 de julio de 2012

Cuando ya has perdido la fe en el amor, en las relaciones, en las personas. Cuando estás a punto de caer desde el precipicio aparece él y te alegra los días. Te da cariño y se preocupa por ti. Te hace dudar, justo ahora que estás sin esperanza. Te devuelve la ilusión, las ganas de amar. Te recuerda lo que es sentir esas mariposas al besar a alguien nuevo.
Y aquí me tienes, totalmente descolocada sin saber si alejarme ya o dejarme llevar.